DOS RÍOS: SU CENTRO HISTÓRICO
En una entrada anterior (4 de octubre de 2020), habíamos dejado al vecindario de los Dos Ríos durante una de las celebraciones en honor al santo patrono, la de 1863, justo después de la reconstrucción de la ermita. Esa es la primera emita de que tenemos conocimiento en este barrio y que puede datar de 1830, época a la que dedicamos otra entrada de este blog (4 de octubre de 2024). Ahora avanzaremos hasta finales del siglo XIX e inicios del XX, para presentar la manera en que se fue conformando, casi como un rompecabezas, el corazón del barrio de los Dos Ríos, su modesto centro histórico.
La pequeña París y los barrios de las afueras
Hacia fines del siglo XIX, San José ha visto cambios notables. En sus calles pavimentadas y con alumbrado público, lucen modernas obras de infraestructura como el Teatro Variedades, el Teatro Nacional, el Colegio Superior de Señoritas y la Biblioteca Nacional. La oligarquía ha puesto sus ojos en Europa adoptando además nuevas costumbres en cuanto a vestimenta, productos de consumo, diversiones y lecturas, tal es su afán de exclusividad en relación con el resto de los costarricenses.
Una pequeña París. El cura de El Carmen, José Badilla, se hace eco de las voces que califican de esta manera a la ciudad de San José. No lo motiva la idea de progreso asociada a la capital francesa; le preocupan, en cambio, las nuevas costumbres y formas de vida josefinas.
Vivo, por mi desgracia --anota Badilla en su informe sinodal--, en el foco de la desmoralización. Exceptuando el Zapote y algunas gentes de San Francisco y otras orilleras, la generalidad está perdida. Los hombres sólo piensan en el comercio, el negocio, las comodidades y los placeres sensuales: las mujeres en el lujo, la vanidad, el orgullo y los goces de todo género (...) De vicios no diré nada; ya supondrá el Ilmo. Prelado que en esta capital los tenemos todos en grado superlativo, y que por algo han dado algunos en llamarla pequeña París, porque, efectivamente, hay aquí empeño en imitar todo lo malo que nos viene de la moderna Babilonia... (1)
Probablemente algunas costumbres viajaron rápido del centro de San José a las orillas y a los suburbios. El progreso no. Deberán pasar varias décadas del siglo XX para que uno de los barrios citados en el informe del cura Badilla consolide mínimamente ese espacio que representa cierto desarrollo de los núcleos de población: la iglesia, la escuela y la plaza pública.
San Francisco de Dos Ríos es designado como distrito en enero de 1896. Se ubica en las afueras del casco de San José, a cuatro kilómetros al sureste entre los ríos Tiribí y María Aguilar, razón por la cual en sus inicios se conoció esta zona solo como Dos Ríos. De suelo ligeramente quebrado, se dedica a la producción de hortalizas, granos y café, con dos beneficios de primer orden. Es un distrito escolar, posee una ermita y lo habitan 682 personas. Así lo describe el Diccionario Geográfico en su edición de 1904 (2).
Existe una división social muy marcada entre la parte del vecindario del centro de San José que posee mayores recursos económicos, y los orilleros y habitantes de las poblaciones aledañas como San Francisco de Dos Ríos y Zapote, quienes viven en condiciones de pobreza. Ambos barrios forman parte de la parroquia de El Carmen; por lo tanto, sus niños asisten al Catecismo en esa parroquia y, como la aporofobia ha existido siempre, aunque el término se haya acuñado hace poco, el padre Badilla observa lo que sigue:
Hay por desgracia una división muy honda entre el catecismo del Carmen y el del Sagrario. Se ha dado en la manía de pensar que al Carmen sólo deben asistir los niños pobres, los orilleros junto con los del Zapote y san Francisco. (...) Hace algún tiempo fui un domingo al Sagrario mientras se daba allí el Catecismo; encontré varios niños de preparatoria que me habían quitado del Carmen, casi todos de las principales familias, ninguno pobre ó de traje sencillo. (3)
Libros de fábrica: testigos de la vida comunal
Una parte de la vida del barrio de los Dos Ríos de finales del siglo XIX e inicios del XX está documentada en los libros de fábrica. En ellos se anotan las entradas y salidas de la parroquia para su funcionamiento en lo que respecta a los oficios del culto y al mantenimiento del templo. Estos libros los lleva el mayordomo de la iglesia, quien se encarga de la gestión de los bienes, y luego se presentan a las autoridades eclesiásticas durante sus visitas a los barrios. En otras palabras, la vida que reflejan tiene que ver con las actividades de los vecinos alrededor de la iglesia. Otros documentos valiosos para formarnos una idea de las necesidades de las parroquias son los libros de visitas pastorales, donde se describen las actividades efectuadas durante la visita del obispo, se anotan inventarios de los objetos de la iglesia y se emiten recomendaciones.
Los principales registros en los libros de la filial de San Francisco de Dos Ríos tienen que ver con la festividad en honor a su patrono. Es un evento que congrega al vecindario. Como en la mayoría de las comunidades de la época, suele realizarse un novenario y una misa concelebrada; también hay música, pólvora y una procesión. Los vecinos contribuyen con sus donativos al mantenimiento de la ermita, que precisa reparaciones y compra de utensilios para el culto; por ejemplo, en 1878 se contrata a un escultor para que retoque la imagen de San Rafael.
En los registros que van de 1869 a 1900, se citan apellidos como Amador, Bermúdez, Carvajal, Cascante, Castro, Flores, Guerrero, Guzmán, Hernández, Madrigal, Marín, Méndez, Mesén, Monge, Mora, Muñoz, Prado, Ramírez, Reyes, Rivera, Román, Romero, Solano, Solís, Valverde y Zúñiga (4). Tales apellidos serán una constante en los documentos relacionados con este distrito a lo largo de estos años y hasta casi la mitad del siglo XX. Estas familias constituirán, en buena parte, la base de lo que podría llamarse, siguiendo a Alberto Bermúdez Obando (5), el San Francisco Viejo, de escaso vecindario y enormes fincas cafetaleras, anterior a la explotación de la tierra para conformar los barrios residenciales que hoy conocemos.
Un dato llamativo anotado en los libros de fábrica consiste en una contribución realizada en 1869 por Pacífica Fernández. Podría tratarse de la esposa del expresidente José María Castro Madriz, dueño en esa época de la hacienda La Pacífica.
Un distrito escolar en condiciones difíciles
Otras fuentes de información que permiten trazar un esbozo de la vida comunal de las primeras familias francisqueñas son los informes oficiales de organismos del gobierno. Concuerdan con las memorias eclesiásticas en señalar las condiciones de rezago del barrio, debido a la pobreza de sus habitantes.
En 1885, San Francisco de Dos Ríos cuenta con dos escuelas, en locales alquilados y en mal estado (6). Sus maestros son, en 1891, Rafaela G. de Siles para las niñas y Rafael Siles para los niños (7). El informe de la Inspección de Escuelas advierte, en los siguientes términos, del peligro de que esta comunidad pierda sus centros educativos:
Ambos planteles (...) están casi desprovistos de los principales muebles y útiles escolares, debido á la escasez de recursos de la Junta y aún del vecindario en general. La expresada corporación apenas puede responder (y con alguna dificultad) al pago de los alquileres de las casas de enseñanza, razón por la cual el Gobierno debiera auxiliarla en algo, siquiera sea facilitándola el mueblaje y útiles de que carecen sus escuelas, pues de no ser así, quizá sea necesario pasar por el duro caso de clausurar ambos planteles. (8)
Necesidades de infraestructura
El inicio del siglo XX encuentra al vecindario con infraestructura inapropiada para los servicios religiosos y escolares.
Por un lado, la Junta de Educación realiza gestiones para atender a las deficiencias señaladas a finales del siglo anterior. En 1909 le solicita ayuda al Congreso Constitucional a fin de pagar una casa particular de buenas condiciones que ha comprado en 2100 colones para instalar sus escuelas y de los cuales ha cancelado solo 1100 por la pobreza del vecindario (9). El Congreso de la República emite, entonces, un adelanto de 1100 colones de lo que pudiera corresponderle, a la Junta, del Fondo Nacional de Educación (10).
Por otra parte, la ermita está vieja y no satisface las necesidades de una población en aumento. En 1906, José Badilla anota en su informe sinodal que esta es muy pequeña y antigua, por lo cual merece que se la repare (11). Lo mismo opina al año siguiente el obispo Juan Gaspar Stork durante su visita pastoral: Este vecindario tiene una Ermita muy pequeña, anticuada é insuficiente para el número de habitantes. ¡Ojalá! Que pensaran en hacer una nueva Iglesia, mas espaciosa y al estilo moderno, que sea ornato de tan bonito barrio próximo a la capital. (12)
La piedra fundamental
En 1913 se constituye la Junta Edificadora (13) de la nueva iglesia y, como esta última será más grande que la reconstruida en 1862, se adquieren varias propiedades colindantes (14). El domingo 25 de abril de 1915 ocurre un gran acontecimiento para la comunidad: la ceremonia de colocación y bendición de la piedra fundamental del nuevo templo, que las vecinas y vecinos que lo conocieron evocan hoy con una mezcla de nostalgia y cariño. Para promocionar la actividad, se distribuye un volante y se pone un aviso en el periódico La Época del sábado 24 de abril (15).
Ramón Monge, protesorero de la Junta Edificadora (16), organiza un tope de caballería, cuyo punto de partida es el río María Aguilar en el sector del actual Barrio Méndez; también se lleva a cabo una bendición de animales y la ofrenda de donativos en dinero. Ya frente a la ermita, se efectúa la bendición de la piedra fundamental a cargo del obispo Stork (17). Otro dato valioso: el tesorero de la Junta Edificadora es Florentino Castro, dueño en ese entonces de la hacienda La Pacífica (18).
A propósito de dicha hacienda, que será una constante en la vida socioeconómica de la comunidad, observe la bellísima estampa, de 1919, de un grupo de cogedores de café de La Pacífica en esta fotografía de Manuel Gómez Miralles. Este no era solo un lugar de trabajo para la gente sencilla de los Dos Ríos; también era sitio de esparcimiento para las señoritas y señoritos de San José, que llegaban de paseo y celebraban hasta bailes allí (19).
Volviendo a la iglesia, quedará como tarea para los años siguientes terminar la edificación y conseguir el mobiliario, ornamentos y demás artículos. Se hará mediante contribuciones personales, rifas, turnos e ingresos por salves en fechas cercanas a la fiesta patronal.
Censo nacional y participación política del vecindario
El 11 de mayo de 1927 se realiza el censo nacional, elaborado de forma rigurosa aplicando los aportes de la estadística al campo demográfico (20). De los doce distritos de San José, donde se incluye también a Curridabat, San Francisco es de los menos poblados. Con 730 habitantes, solo supera al de Hatillo, con 650 (21). Consta de 153 núcleos habitacionales a lo largo de sus cinco vías: la mayoría de las familias, 124, vive sobre la calle real; el resto se distribuye entre la calle a Desamparados, donde habitan 15 familias, y la calle a San Antonio de Desamparados, donde hay 9; también existe una callejuela a Zapote, con 4 familias, y una callejuela a Curridabat, donde vive un único grupo familiar (22).
Dos meses atrás, en marzo, había aparecido un anuncio en el periódico La Prensa con 119 firmas de vecinos pertenecientes al Partido Unión Nacional, cuyo candidato es, para el periodo 1928-1932, Cleto González Víquez. El respaldo es mayoritario, si tomamos en cuenta que para esa época en el barrio de los Dos Ríos había aproximadamente 150 varones mayores de 21 años. Quizás esta manifestación pública de apoyo a quien accedería a la Presidencia de la República en 1928 haya traído consigo alguna forma de respaldo a las aspiraciones de infraestructura por parte del vecindario. A continuación, un detalle del anuncio publicado en el periódico La Prensa el 2 de marzo de 1927.
La nueva iglesia
Es 1928 y la iglesia está pintada y casi concluida. Ha tomado más de 15 años llevar a cabo esta empresa. En mayo de ese año, la Junta Edificadora aún tiene una deuda de 6000 colones, que irá amortizando mediante un sistema de suscripción directa y voluntaria por medio de cédulas de alegorías de la vida de San Francisco de Asís (23). Cuando el arzobispo Rafael Otón Castro hace su visita pastoral en agosto, la deuda se ha reducido a poco más de 3000 colones. El informe de esta visita presenta una bella descripción del recibimiento por parte del vecindario y deja ver la satisfacción de las autoridades con el estado de la nueva iglesia:
En el puente del Río María Aguilar le esperaba ya una parte del pueblo y una carroza adornada, llevando en ella la Imagen del Santo Patrono del lugar y muchos niños que servían de precioso adorno. Frente a la Casa del Mayordomo don Honorio Guzmán esperaban muchísimos fieles. Con la Cruz Alta adelante se continuó una especie de procesión hasta la Iglesia. En el camino se notaba la preocupación que habían tenido los vecinos y el gusto de que estaban animados por la llegada de su pastor, pues eran muchos los arcos y adornos con que habían engalanado el trayecto. (...) Se hizo la Confirma y acto seguido se procedió a la inspección de la Iglesia con sus ornamentos, vasos sagrados, imágenes, etc. quedando muy complacido el Excmo. Sr. Arzobispo del adelanto de la Iglesia, hoy casi concluída, con una hermosa decoración interior, con todas las cosas del culto en buen estado y bien cuidadas por el señor Mayordomo que hace las veces de Sacristán. (24)
Escuela, iglesia y plaza pública
En mayo de 1931, los diputados Rogelio Sotela y Carlos Manuel Jiménez Ortiz presentan, ante el Congreso de la República, una iniciativa para destinar 20 000 colones a la construcción de un edificio escolar en San Francisco de Dos Ríos (25), pues los vecinos cuentan ya con ese solar para ese fin. Observe el valor que le confieran a la educación pública, digno de admirar, sobre todo en los tiempos actuales:
...Nuestro orgullo de costarricenses se complace al observar que, en cada villorio, la casa más amplia y más bella es el edificio escolar, la casa de todos.
Hay, sin embargo, Señores Diputados, un pueblo cercano a la capital que no tiene escuela, por más que sus moradores han estado gestionando, desde hace tiempo, con singular empeño, la construcción. Nos referimos al pueblo de San Francisco de Dos Ríos, que cuenta con una población escolar importante, cerca de cien niños, que ahora se ven obligados a recibir sus clases en un caserón ruinoso, sin aire, sin luz, sin sol, sin ninguna comodidad y que amenaza desplomarse con uno de estos aguaceros del invierno que se inicia. (26)
La Comisión de Educación Pública del Congreso determina que, para la atención de los 95 escolares que tiene la comunidad, es indispensable un edificio de tres aulas, más un departamento para dirección, corredores, baño y servicio sanitario (27).
En 1932 se va perfilando el centro del distrito, que ocuparán la escuela, la iglesia y un nuevo espacio: la plaza pública. De esa época data una deuda con el propietario del terreno correspondiente a esta última (28). Sin embargo, el vecindario disfrutaba de la plaza desde antes de esa fecha; es probable que en ella se realizaran partidos de futbol, pues se contaba con un equipo: el Club Sport de San Francisco de Dos Ríos (29).
Para definir ese centro de la comunidad, se realiza un movimiento de propiedades que conviene a los intereses escolares del distrito (30) y para agrandar el terreno donde está edificada la Iglesia (31). En concordancia con este propósito, en 1934, el Congreso de la República aprueba una partida de 15 000 colones para la construcción de la escuela, por iniciativa del diputado David Rojas Flores (32) y, al año siguiente, autoriza a la Municipalidad de San José para que asuma el pago de la deuda con el anterior dueño del terreno de la plaza pública, debido a que el distrito no cuenta con fondos para hacer frente a esta obligación (33).
Cuenta una historia que, por esos años de 1930, la maestra Talía Guevara recibió, en la modesta escuelita situada frente a la plaza pública, a un hombre que preguntaba por las condiciones del centro educativo y que ese hombre resultó ser nada más y nada menos que el presidente de la República, León Cortés Castro, quien hizo posible, finalmente, la construcción del primer pabellón de la escuela actual. Leyenda o verdad, lo cierto es que el edificio inicial data, en efecto, de la administración Cortés Castro.
Así lucía la plaza pública de San Francisco de Dos Ríos en la década de 1940. A la derecha puede observarse la escuela, constituida por tres aulas o dos aulas y una dirección. Al fondo a la izquierda, la delegación policial y, hacia la derecha, un imponente árbol de álamo, esa especie que le daría nombre al barrio que años más tarde se fundaría en esa misma zona.
Este espacio, conformado por la iglesia de 1915 (que se finalizó en 1928), la escuela (cuyo primer pabellón data de finales de 1930) y la plaza pública (donde se celebraban partidos de futbol desde la década de 1920), constituye ese centro de la vida comunal del San Francisco Viejo de menos de 200 casas y al menos cinco calles empolvadas entre la espesura de aquellos cafetales que formaban la mayor parte del territorio de los Dos Ríos.
Referencias
(1) Fondos Antiguos, caja 445, folios 193-200.
(2) Diccionario Geográfico. 1904. Citado por José Nelson Rojas Gamboa, Tras las huellas del hermano de Asís.
(3) Fondos Antiguos, caja 445, folios 193-200.
(4) San Francisco de Dos Ríos, Libro Mayordomo 1869, Libro de la Mayordomía de San Francisco de Dos Ríos (1869-1895). San Francisco de Dos Ríos, Libro de Cargo 1869, Mayordomía de la Filial de San Francisco de Dos Ríos que pertenecía la parroquia El Carmen-San José, 1869-1898. San Francisco de Dos Ríos, Libro de Fábrica 1898-1921. Libro de Acuerdos núm. 7 (julio 1897 a julio 1904). Libro de Acuerdos núm. 8 (1 agosto 1904 a 1910), folio 62. Fondos Antiguos, caja 442, folio 611, 14 de agosto de 1900.
(5) Comunicación personal, diciembre de 2024.
(6) Informes de las escuelas públicas y sus construcciones. Año de 1885.
(7) Informe anual de la Inspección de Escuelas. Provincia de San José. 1891-2. Tipografía Nacional, 1892.
(8) Informe anual de la Inspección de Escuelas. Provincia de San José. 1891-2. Tipografía Nacional, 1892.
(9) Serie Congreso. Núm. 190602. Decreto No. 72. 4 folios. 1909, junio 29.
(10) Serie Congreso. Núm. 190602. Decreto No. 72. 4 folios. 1909, junio 29.
(11) Fondos Antiguos, caja 445, folios 193-200.
(12) Visitas Pastorales. Libro V. (V Libro de Santa Visita del Ilmo. 1) Señor Obispo Thiel. Enero de 1889-junio de 1900. 2) Ilmo. Sr. Obispo Stork. Abril de 1907-marzo de 1908.
(13) Libro de Acuerdos núm. 9. Acuerdo núm. 18, folio 76.
(14) Carpeta de San Francisco de Dos Ríos. Curia Metropolitana.
(15) La Época, sábado 24 de abril de 1915.
(16) Tomado de un volante de la época. Archivo de la casa parroquial de San Francisco de Dos Ríos.
(17) Acta de la colocación de la primera piedra de la iglesia de San Francisco de Dos Ríos. Archivo de la casa parroquial de San Francisco de Dos Ríos.
(18) Tomado de un volante de la época. Archivo de la casa parroquial de San Francisco de Dos Ríos.
(19) Diario de Costa Rica, 7 de marzo de 1922.
(20) Wilburg Jiménez Castro, Presentación. Costa Rica, Ministerio de Economía y Hacienda. Censo de Población de Costa Rica. 11 de mayo de 1927. San José, 1960.
(21) Costa Rica, Ministerio de Economía y Hacienda. Censo de Población de Costa rica. 11 de mayo de 1927. San José, 1960.
(22) Boletas censales San Francisco de Dos Ríos. Censo de Población de Costa Rica. 11 de mayo de 1927.
(23) Visita Pastoral de Rafael Otón Castro. Visitas Pastorales 1923-1934; 1963-1968.
(24) Visita Pastoral de Rafael Otón Castro. Visitas Pastorales 1923-1934; 1963-1968.
(25) Procedencia: Congreso. Núm. 15 912. Con Decreto núm. 29 del 26 de mayo de 1931 se autoriza la erogación de C20 000 para construir un edificio escolar en San Francisco de Dos Ríos. Sancionado. 5 folios. 1931. Mayo 27. (Publicado en Gaceta núm. 119 de 29 de mayo de 1931.)
(26) Procedencia: Congreso. Núm. 15 912. Con Decreto núm. 29 del 26 de mayo de 1931 se autoriza la erogación de C20 000 para construir un edificio escolar en San Francisco de Dos Ríos. Sancionado. 5 folios. 1931. Mayo 27. (Publicado en Gaceta núm. 119 de 29 de mayo de 1931.)
(27) Procedencia: Congreso. Núm. 15 912. Con Decreto núm. 29 del 26 de mayo de 1931 se autoriza la erogación de C20 000 para construir un edificio escolar en San Francisco de Dos Ríos. Sancionado. 5 folios. 1931. Mayo 27. (Publicado en Gaceta núm. 119 de 29 de mayo de 1931.)
(28) Decreto núm. 29 de 4 de junio que dispone facultar a la Municipalidad de San José para que asuma el pago de la deuda por C4.413.24 y de C7.699.96 a favor de Guillermo Peters y Juan Rafael Chaves respectivamente por los terrenos para las plazas públicas de aquella y de la Uruca. 7 folios. 1935. Junio 7. (Congreso #17237)
(29) Diario de Costa Rica, 11 de noviembre de 1926.
(30) Cambio de finca de la Junta de Educación por una finca propiedad de Juan Rafael Chaves Echandi. Tomado de La Gaceta, Diario Oficial, San José, Costa Rica: miércoles 13 de enero de 1932. Cambio de finca de la Junta de Educación por una finca propiedad de Juan Rafael Chaves Echandi (rectificación de datos). Tomado de: La Gaceta, Diario Oficial, San José, Costa Rica: miércoles 3 de febrero de 1932.
(31) Cambio de finca propiedad de la Junta de Educación por otra propiedad de Juan Rafael Chaves Echandi, quien a su vez vende aquella a las Temporalidades de la Arquidiócesis de San José para agrandar el terreno donde está edificada la iglesia de San Francisco de Dos Ríos. Carpeta de San Francisco de Dos Ríos, Curia Metropolitana.
(32) Procedencia: Congreso. Núm. 16866. Decreto núm. 78 de 21 de junio que destina C15.000, para que se construya un edificio para la escuela de aquel lugar. Sancionado. 4 folios. 1934. Junio 22.
(33) Decreto núm. 29 de 4 de junio que dispone facultar a la Municipalidad de San José para que asuma el pago de la deuda por C4.413.24 y de C7.699.96 a favor de Guillermo Peters y Juan Rafael Chaves respectivamente por los terrenos para las plazas públicas de aquella y de la Uruca. 7 folios. 1935. Junio 7. (Congreso #17237)
Imagen inicial: Sebastian May en Pixabay.